How can you make your nails strong?

¿Cómo puedes hacer que tus uñas sean fuertes?

Las uñas quebradizas, también conocidas como onicosquicia, son uñas propensas a quebrarse, descamarse y romperse. Varios factores pueden contribuir a su fragilidad:

Sequedad excesiva: Una de las principales causas de las uñas quebradizas es la sequedad excesiva. La falta de hidratación puede debilitarlas y hacerlas más propensas a romperse. La sequedad puede deberse a factores ambientales, como la baja humedad, así como a la exposición frecuente al agua, jabones agresivos y productos químicos. La sequedad también puede estar asociada a ciertas afecciones médicas, como el hipotiroidismo y el eccema.

Deficiencias nutricionales: Una dieta nutritiva es fundamental para la salud de las uñas. Asegúrate de consumir una variedad de vitaminas, minerales y proteínas mediante una dieta equilibrada. Incluye alimentos ricos en biotina (p. ej., huevos, frutos secos, cereales integrales), vitamina E (p. ej., aguacates, espinacas, almendras), hierro (p. ej., carnes magras, verduras de hoja verde, legumbres) y zinc (p. ej., ostras, semillas de calabaza, lentejas). Estos nutrientes pueden ayudar a fortalecer las uñas desde dentro.

Edad y cambios hormonales: A medida que envejecemos, nuestras uñas se vuelven naturalmente más quebradizas. La producción de aceites naturales y la humedad disminuyen, lo que resulta en uñas más secas y débiles. Los cambios hormonales durante la menopausia también pueden afectar la salud de las uñas, provocando un aumento de su fragilidad.

Manipulación excesiva y trauma: La manipulación excesiva y los traumatismos en las uñas pueden debilitar su estructura y hacerlas propensas a la fragilidad. Esto incluye actividades como morderse las uñas, usarlas como herramientas, limarlas agresivamente y la exposición prolongada al agua o a productos químicos agresivos sin la protección adecuada.

Condiciones médicas subyacentes: Los problemas en las uñas pueden ser indicativos de problemas de salud subyacentes. Los cambios en la apariencia, textura o crecimiento de las uñas a veces pueden ser señales tempranas de ciertas enfermedades. Estas son algunas enfermedades subyacentes que pueden causar problemas en las uñas:

Soriasis: La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica que afecta la piel y las uñas. La psoriasis ungueal puede causar picaduras, crestas, desmoronamiento y decoloración. En casos graves, las uñas pueden engrosarse y separarse del lecho ungueal.

Infecciones por hongos: Las infecciones fúngicas de las uñas, conocidas como onicomicosis, pueden provocar diversas anomalías ungueales. Las uñas pueden engrosarse, volverse quebradizas, decolorarse (amarillas, blancas o marrones) y adquirir una forma irregular. Las infecciones fúngicas pueden deberse a dermatofitos, levaduras o mohos.

Trastornos de la tiroides: Tanto el hipotiroidismo (tiroides hipoactiva) como el hipertiroidismo (tiroides hiperactiva) pueden causar cambios en las uñas. En el hipotiroidismo, las uñas pueden volverse quebradizas, secas y desarrollar crestas. En el hipertiroidismo, las uñas pueden volverse blandas y delgadas, y presentar separación del lecho ungueal.

Anemia ferropénica: La anemia ferropénica puede provocar diversas anomalías en las uñas, como fragilidad, uñas en forma de cuchara (coiloniquia) y la aparición de crestas o grietas. El hierro es esencial para el crecimiento sano de las uñas y su deficiencia puede afectar la producción de queratina.

Enfermedad de Raynaud: La enfermedad de Raynaud es una afección que se caracteriza por la reducción del flujo sanguíneo a los dedos de las manos y de los pies como respuesta al frío o al estrés. En casos graves, puede causar cambios en las uñas, incluyendo la aparición de una coloración blanca o azulada (debido a la reducción del flujo sanguíneo), seguida de enrojecimiento e hinchazón.

Trastornos del hígado y los riñones: Las enfermedades hepáticas, como la cirrosis, y los trastornos renales pueden manifestar anomalías ungueales. Estas pueden incluir uñas pálidas o blancas (leuconiquia), hipocratismo digital (agrandamiento de las yemas de los dedos y las uñas) y la aparición de líneas o manchas blancas en las uñas.

Lupus eritematoso sistémico (LES): El LES es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar múltiples órganos, incluyendo la piel y las uñas. Las anomalías ungueales asociadas con el LES pueden incluir uñas quebradizas, picaduras y la presencia de pequeñas manchas o líneas rojas (hemorragias en astilla) debajo de las uñas.

Medicamentos: Es importante tener en cuenta que las uñas quebradizas también pueden ser un efecto secundario de medicamentos, como la quimioterapia y los retinoides. Además, los factores genéticos y los trastornos hereditarios de las uñas también pueden influir en la fragilidad de las uñas.

Qué puedes hacer para tener uñas sanas:

Ingesta diaria de colágeno: Puedes considerar incorporar suplementos de colágeno a tu rutina diaria. Es importante elegir productos de colágeno de alta calidad y de buena reputación, y seguir las instrucciones de dosificación recomendadas. Al incorporar colágeno a tu rutina de cuidado de uñas, puedes ayudar a promover uñas más fuertes y sanas, menos propensas a romperse y dañarse, mejorando así su apariencia y estado general.

Colágeno, Una proteína estructural presente en el cuerpo desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud y la fortaleza de diversos tejidos, incluidas las uñas. Si bien el colágeno se asocia comúnmente con la salud de la piel y las articulaciones, sus beneficios también se extienden a la salud de las uñas. Así es como el colágeno puede mejorar la salud de las uñas:

Estructura y resistencia de las uñas: El colágeno proporciona soporte estructural a las uñas, contribuyendo a su fuerza y ​​resiliencia. Ayuda a mantener la integridad de la placa ungueal, que es la capa externa dura y protectora de la uña. Al fortalecer la estructura, el colágeno promueve uñas más fuertes y menos frágiles.

Humedad e hidratación de las uñas: El colágeno ayuda a retener la humedad en las uñas, evitando que se resequen y se vuelvan quebradizas. Una hidratación adecuada es esencial para mantener la flexibilidad de las uñas y prevenir su rotura. El colágeno favorece el equilibrio hídrico natural de las uñas, garantizando su hidratación y elasticidad.

Crecimiento y regeneración de las uñas: El colágeno participa en el crecimiento y la regeneración de diversos tejidos, incluidas las uñas. Proporciona los componentes básicos necesarios para la renovación celular ungueal, esencial para un crecimiento ungueal saludable. Al promover la renovación celular, el colágeno contribuye a la producción de nuevas células ungueales sanas, lo que mejora el crecimiento ungueal y la salud general de las uñas.

Grosor de la uña: Se ha sugerido que la suplementación con colágeno aumenta el grosor de las uñas. Las uñas más gruesas son menos propensas a romperse y partirse, lo que contribuye a una mejor salud y apariencia de las uñas. Al mejorar el grosor de las uñas, el colágeno puede mejorar su resistencia y durabilidad.

Salud de la cutícula: El colágeno favorece la salud de las cutículas, que son las finas capas de piel que rodean la base de las uñas. Unas cutículas sanas desempeñan un papel fundamental en la protección de las uñas contra infecciones y en el mantenimiento de su bienestar general. El colágeno ayuda a nutrir y fortalecer las cutículas, promoviendo un crecimiento más sano de las uñas.

Recuerde que los resultados individuales pueden variar y siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de comenzar a tomar cualquier suplemento nuevo.

Mantenga una dieta equilibrada:

Llevar una dieta equilibrada que aporte nutrientes esenciales es crucial para la salud de las uñas. Algunos nutrientes clave que contribuyen a unas uñas fuertes incluyen:

Proteína: Las uñas están compuestas de una proteína llamada queratina. Consumir una cantidad adecuada de alimentos ricos en proteínas, como carnes magras, aves, pescado, legumbres y frutos secos, contribuye a proporcionar los componentes básicos necesarios para un crecimiento saludable de las uñas.

Biotina: La biotina, una vitamina B, es esencial para la fortaleza y el grosor de las uñas. Estudios han demostrado que la suplementación con biotina puede mejorar la fragilidad de las uñas. Entre las buenas fuentes alimenticias de biotina se encuentran los huevos, las almendras, los boniatos y las espinacas.

Hierro: La deficiencia de hierro puede provocar uñas quebradizas. Incluir alimentos ricos en hierro en la dieta, como carnes magras, mariscos, verduras de hoja verde oscura y legumbres, puede contribuir al crecimiento saludable de las uñas.

Zinc: El zinc participa en la producción de queratina, el principal componente estructural de las uñas. Consumir alimentos ricos en zinc, como ostras, carne de res, semillas de calabaza y legumbres, puede promover unas uñas fuertes.

Protege tus uñas:

Proteger las uñas del exceso de humedad y los golpes puede ayudar a prevenir daños y fortalecerlas. Aquí tienes algunos consejos:

1- Use guantes al realizar tareas domésticas que impliquen exposición al agua, detergentes o productos químicos agresivos. La exposición prolongada a estas sustancias puede debilitar las uñas.

2- Evite utilizar las uñas como herramientas para abrir o hacer palanca en objetos, ya que esto puede provocar que se astillen o se rompan.

3- Limite el uso de quitaesmaltes con acetona, ya que pueden resecar las uñas. Opte por fórmulas sin acetona o úselas con moderación.

Mantenga sus uñas hidratadas:

Las uñas hidratadas son menos propensas a romperse y partirse. Aquí te explicamos cómo mantener la hidratación de tus uñas:

1- Hidrata regularmente tus uñas y cutículas con un aceite o crema nutritiva. El aceite de jojoba, el aceite de vitamina E y la manteca de karité son excelentes opciones.

2- Evita resecarte las uñas excesivamente con jabones o desinfectantes fuertes. Opta por limpiadores suaves e hidrata tus uñas después.

Practique un buen cuidado de las uñas:

Adoptar hábitos adecuados para el cuidado de las uñas puede contribuir a su fortaleza y salud general:

1- Mantén tus uñas cortas y limadas para evitar que se enganchen o se rompan. Usa una lima suave y evita limarlas con mucha fuerza.

2- Evite pulir excesivamente la superficie de la uña, ya que puede debilitarla con el tiempo.

3- No te muerdas las uñas ni te arranques las cutículas, ya que esto puede dañar las uñas y aumentar el riesgo de infecciones.

4- Utilice una capa base protectora al aplicar el esmalte de uñas para proteger las uñas de posibles daños.

5- Usar esmaltes de uñas no tóxicos puede ser una opción más saludable para mantener la salud general de tus uñas. Los esmaltes de uñas tradicionales suelen contener sustancias químicas como formaldehído, tolueno y ftalato de dibutilo (DBP), conocidas por ser potencialmente dañinas. Optar por alternativas no tóxicas puede ayudar a minimizar la exposición a estas sustancias químicas. Estos son algunos beneficios de usar esmaltes de uñas no tóxicos para unas uñas sanas:

Cómo evitar productos químicos agresivos: Los esmaltes de uñas no tóxicos están formulados sin los químicos tóxicos que suelen encontrarse en los esmaltes tradicionales. El formaldehído, por ejemplo, es un carcinógeno humano conocido, mientras que el tolueno y el DBP se han asociado con efectos adversos para la salud. Al elegir esmaltes no tóxicos, puede reducir el riesgo de exponer sus uñas y la piel circundante a estos químicos dañinos.

Cómo minimizar el daño a las uñas: Los esmaltes de uñas tradicionales pueden ser agresivos para las uñas, provocando sequedad, fragilidad y debilitamiento de la estructura ungueal. Los esmaltes de uñas no tóxicos suelen estar libres de ingredientes que puedan eliminar los aceites naturales de las uñas, lo que ayuda a mantener su fuerza y ​​flexibilidad.

Apto para alérgenos: Algunas personas pueden desarrollar reacciones alérgicas o sensibilidad a las sustancias químicas presentes en los esmaltes de uñas tradicionales. Las alternativas no tóxicas suelen estar formuladas para ser hipoalergénicas, lo que reduce la probabilidad de reacciones adversas e irritación cutánea.

Fórmulas transpirables: Los esmaltes de uñas no tóxicos suelen tener fórmulas transpirables que permiten que el aire y la humedad penetren en las uñas. Esto puede ayudar a prevenir la deshidratación, ya que una hidratación adecuada es crucial para su salud y flexibilidad.

Consciente del medio ambiente: Los esmaltes de uñas no tóxicos suelen elaborarse con un enfoque en prácticas respetuosas con el medio ambiente. Pueden estar libres de disolventes agresivos y utilizar ingredientes más seguros y ecológicos. Además, suelen envasarse en materiales ecológicos, lo que contribuye a un enfoque más sostenible del cuidado de las uñas.

Al elegir esmaltes de uñas no tóxicos, busque etiquetas como "3-free", "5-free" o "10-free", que indican que el producto no contiene ciertas sustancias químicas nocivas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los esmaltes no tóxicos son iguales, por lo que conviene revisar la lista de ingredientes y comprobar si tiene alguna sensibilidad específica.

Protéjase contra la radiación UV: La exposición prolongada a la radiación UV puede debilitar las uñas. Si pasa mucho tiempo al aire libre, aplique protector solar de amplio espectro en manos y uñas para protegerlas de los rayos UV.

Masajea tus uñas: Masajear las uñas y cutículas estimula la circulación sanguínea, lo que promueve el crecimiento de las uñas y fortalece el lecho ungueal. Puedes usar aceites naturales como aceite de coco, aceite de oliva o aceite de vitamina E para el masaje.

Es importante tener en cuenta que, si bien estas afecciones pueden causar problemas en las uñas, otros factores como traumatismos, infecciones fúngicas y deficiencias nutricionales también pueden contribuir a las anomalías ungueales. Si nota cambios persistentes en las uñas, es recomendable consultar con un profesional de la salud o un dermatólogo para una evaluación, diagnóstico y tratamiento adecuados de cualquier afección subyacente.

Conclusión

Cuidar tus uñas implica una combinación de enfoques internos y externos. Incorporar suplementos de colágeno, mantener una dieta equilibrada, proteger tus uñas del daño y seguir prácticas adecuadas de cuidado de las mismas puede contribuir a su salud y fortaleza.

Recuerda que cada uña es única y puede llevar tiempo ver mejoras notables. Si tienes inquietudes persistentes sobre la salud de tus uñas o alguna afección subyacente, lo mejor es consultar con un profesional de la salud para una evaluación completa y asesoramiento personalizado.

Al brindarle a sus uñas la atención y el cuidado que merecen, podrá disfrutar de uñas más saludables y fuertes que mejorarán su bienestar y confianza en general.

Referencias:

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